Desde el punto de vista médico, el beneficio de los baños de
agua caliente puede derivar de un efecto mecánico por la inmersión, que mejora
el tono muscular y favorece el movimiento, y un efecto químico, por la
composición mineral de las aguas.
A las sales de magnesio se les ha dado
propiedades relajantes y analgésicas. Sin embargo, no hay evidencia de que los elementos minerales sean absorbidos a
través de la piel.
La mayoría de los estudios realizados tienen importantes
defectos para justificar su recomendación de forma generalizada, pero casi
siempre se observa mejoría de alguno de los síntomas (dolor, rigidez) o de la
movilidad, aunque de corta duración. Nunca pueden ser sustitutos de la
medicación, sino como terapia complementaria.