¿Porqué nos cuesta tanto perdonar? ¿Es simplemente cuestión de orgullo?
Antonio Roch Rosell respondió:
Psicólogo (Barcelona)Es una cuestión de competencia emocional, porque cualquier ofensa o agravio conlleva emociones y sentimientos negativos que causan malestar personal tanto a nivel corporal como moral. El orgullo como amor propio tiene una relación con el narcisismo y puede ser un inconveniente pero se puede trabajar con ello y desarrollar una actitud empática que permita llegar a una respuesta adecuada para dar el perdón y tambén hay que tener en cuenta la participación de la otra persona en cuestión.
Carlos Barragán Díez respondió:
Psicólogo (Jávea)En la personalidad no todo es consciente, también está lo inconsciente, que es donde se almacena todo lo que se ha vivido, sentido pensado y deseado, es como un reservorio donde se almacena todo, de lo que nos damos cuenta y de lo que no, pero que existe. Las emociones son del orden de la percepción consciente, pero los sentimientos son inconscientes. Podemos amar u odiar a alguien o sentir asco por algo y no saber por qué: 'es inconsciente' y no funciona como la razón. El inconsciente, no piensa, no juzga y no calcula, solo quiere expresarse. Es pues, narcisista, solo se interesa por él mismo. No tolera lo que no le produce placer, lo considera una ofensa, por eso los psicoanalistas hablamos de 'ofensas al narcisismo inconsciente'. El psicoanálisis enseña a tolerar, a pactar y a no ceder.
Sara Blasco Perujo respondió:
Psicóloga (Madrid)Y qué es el orgullo... Perdonar es un paso importante. Supone la aceptación de que el otro ha cometido un fallo. Grave seguramente. Y que aún así, podemos seguir la relación (sea de amistad, de amor) La traición o el error del otro, nos ha hecho daño. Hemos dejado de ser únicos para el otro. Tal vez haya que poner bases nuevas para la relación... Lo que está claro es que a partir de ahí, la relación será más madura. Habremos crecido como personas. Sólo a partir de la decepción, surge el amor verdadero. Ese que todo el mundo busca. Por eso debe ser que cuesta tanto perdonar. Porque significa que aceptamos a la otra persona con su debilidad humana, y hemos perdido a la persona idealizada y perfecta que creíamos que era. Es un buen tema de reflexión.