¿La terapia de pareja puede ayudar a discutir de forma constructiva?

Sí, la terapia de pareja ayuda a construir una nueva relación o manera de relacionarse. Un cambio de la mirada hace que las cosas se vean de otra manera. Tanto que, es conveniente intercalar las sesiones de pareja con sesiones individuales para que se vayan asentando los cambios. En las sesiones de pareja se puede discutir frente a la escucha del psicoanalista, en las sesiones individuales comienza el psicoanálisis de los miembros de la pareja. La interpretación psicoanalítica es la verdadera construcción.

La terapia de pareja ayuda a que cada uno vea en si mismo su afán por imponer sus ideas sobre las del otro, y cómo eso es una confrontación motivada por el 'narcisismo de las pequeñas diferencias'. La terapia de las parejas ayuda a conversar. A que cada uno pueda escuchar al otro y luego hablar. Escuchar sin dar nada por supuesto, no 'sabiendo' lo que el otro va a decir. Escuchando de otra manera. Diferente. Entendiendo lo que le mueve al otro. Sin rivalizar, esto es muy importante. No rivalizar con el otro, no querer tener razón a toda costa, fijarse, mejor, en las razones del otro, y tenerlas en cuenta. Así, muchas veces la pareja se da cuenta de las veces que han discutido por cuestiones que no tienen nada que ver con ellos, porque son posturas que sostienen: sus familiares, sus amigos.

La terapia ayuda sobre todo a mejorar la comunicación, a intercambiar opiniones sin juzgarlas de forma asertiva y constructiva. No se trata de imponer el criterio de uno, se busca el integrar distintos puntos de vista y poner en común las conclusiones. Discutir parece que tiene connotaciones negativas, pero si se siguen unas reglas de conducta y se respetan los tiempos en la exposición de las ideas, puede ser beneficioso para muchas personas. Un saludo.

Así es. Se trata de un compromiso entre la pareja y un terapeuta que comparten un espacio y un tiempo determinado, para abordar los conflictos, tratar de aunar posturas, llegar a acuerdos y sobre todo, desarrollar la capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprender su punto de vista. Son encuentros cargados de emociones de todo tipo que resultan muy constructivos y enriquecedores para la pareja. Aprenden a abordar los conflictos de otro modo.

Sí, de eso se trata. De escuchar al otro sin ponerse a la defensiva y de poder expresar las propias opiniones sin alterarse. Estamos acostumbrados a expresar un desacuerdo de forma agresiva, y esto es un error. e puede expresar desacuerdo con respeto al otro, y sin plantear una alternativa de blanco o negro. Cada uno tiene su parte de verdad, esto siempre es así. Por ello se trata de la voluntad de llegar a acuerdos. La convivencia es quizás la tarea más difícil que existe para los seres humanos. Por eso, todo lo que se haga por mejorarla, es un trabajo valioso. Cada uno debe empezar por conocerse a sí mismo, entender sus propias motivaciones y prejuicios. Y desde ahí, empezar a definir qué se espera de la pareja. Es un trabajo en profundidad, que puede dar muy buenos frutos.