Después de que un familiar tuviera un cáncer, caí en depresión. ¿Qué debería hacer?
Pilar Garcia Rey respondió:
Psicóloga (Rivas Vaciamadrid)Primero habría que valorar si realmente es una depresión y para ello tendría que acudir a un psicólogo o psiquiatra. Y después aceptar la situación a la que tiene que enfrentarse y poner medios, a través de las herramientas psicológicas para poder superar la situación. Un saludo.
Vicente Gómez Ciriaco respondió:
Logopeda (Alcalá de Henares)Debe acudir a un especialista en psicología clínica que sin duda le ayudará a elaborar la pérdida sufrida ante la situación de enfermedad de su familiar. Utilizar sus recursos personales para afrontar las situaciones difíciles que siempre la vida nos depara y ya verá como será una situación pasajera.
Gema Peiro Ballestín respondió:
Psicóloga (Valencia)Los problemas de salud-enfermedad de los familiares, y más concretamente los problemas de cáncer afectan de manera importante no sólo al enfermo, sino también a los familiares. El miedo a la muerte, muchas veces, produce que se establezca un 'espacio' de silencio en el entorno del enfermo, y a la vez un gran pesar en los familiares que temen hablar de ello por sí 'molestan' al enfermo. El hecho no hablar de ello puede producir un gran malestar. La solución es buscar un profesional, médico o psicólogo, para hablar de todo ello, además de para resolver la depresión. Saludos, Gema Peiro
Elisabeth Diaz Nieto respondió:
Psicóloga (Madrid)Le aconsejo una evaluación para determinar si es depresión o rasgos depresivos. Puede llevar a cabo una terapia que le ayude a superar el duro momento que le ha hecho sentirse así además de aceptarlo.
Sara Blasco Perujo respondió:
Psicóloga (Madrid)Retomar poco a poco tus propios deseos para tu vida. Es lógico atravesar una época de duelo, de dolor por la situación. Pero la vida sigue. Creo que con la ayuda de un psicólogo puedes volver a encontrar el sentido de tu propia vida. Aunque la enfermedad de tu familiar te haya hecho sentirte más frágil y vulnerable, es posible que también te haya aportado unos conocimientos y valores que pueden enriquecerte como persona. Sentir la fragilidad propia y de los demás es un aprendizaje doloroso que todos debemos afrontar. Y es lo que nos hace más humanos.