Sus síntomas son muy variados, como dolor e inflamación de
las articulaciones, erupciones de la piel, fiebre, aumento del tamaño de los
ganglios, inflamación de los ojos, cansancio, retraso del crecimiento, etc.
No hay ningún análisis que
nos dé el diagnóstico seguro en la artritis idiopática juvenil.
El diagnóstico
se basa en los síntomas que cuenta el niño o sus padres, en la exploración
física del paciente y en los resultados de los análisis de sangre y orina, de
las radiografías y de otras pruebas.
Es esencial descartar otras
enfermedades más graves, algunas infecciones o artritis desencadenadas por
virus, artritis traumáticas por caídas, artritis que aparecen como síntomas de
otras enfermedades como el Lupus Eritematoso, etc.