La ecografía, o también llamada ultrasonografía o ecosonografía, es un procedimiento usado en medicina que emplea el ultrasonido para crear imágenes bidimensionales o tridimensionales. Un pequeño transductor emite ondas de ultrasonidos, ondas sonoras de alta frecuencia, sobre el cuerpo que queramos observar. Al impactar con el cuerpo, estas ondas rebotan y el transductor las capta. Estas señales captadas por el transductor son procesadas por un ordenador conviertiendo estos impulsos eléctricos en una imagen visible para nosotros.
La ecografía es un procedimiento sencillo, no invasivo, en el que no se emplea radiación. Al someterse a un examen de ecografía, el paciente sencillamente se acuesta sobre una mesa y el médico mueve el transductor sobre la piel que se encuentra sobre la parte del cuerpo a examinar. Antes es preciso colocar un gel sobre la piel para la correcta transmisión de los ultrasonidos. Actualmente se pueden utilizar contrastes en la ecografía. Consisten en microburbujas de gas estabilizadas que incrementan la señal que recibe el transductor.
Aunque la ecografía más común que conocemos es la ecografía 2D, y también surgió la ecografía 3D que nos daba imágenes de nuestro bebé mucho más potentes que la antigua ecografía 2D. Pero actualmente existe un nuevo sistema de ecografías que nos permite observar el movimiento de nuestro bebé en una imagen 3D, es la ecografía 4D. Este sistema capta imágenes cada segundo, lo que permite que podamos observar los movimientos de nuestro bebé en tiempo real y ver su tamaño y forma con mayor precisión.
Las ecografías 4D en obstreticia, se pueden realizar a cualquier edad gestacional, a partir de las 12 semanas y casi hasta el final del tercer trimestre. Durante el primer trimestre se puede realizar por vía intravaginal y después por vía abdominal. A principios del segundo trimestre se obtiene una visión más integral del feto, y a medida que avanza el periodo de gestación aunque el campo de visión se va reduciendo, las imágenes tienen mayor definición y se puede observar mejor la madurez de los rasgos faciales del bebé. Al final de la gestación, se dificulta cada vez más la correcta visualización de las imágenes debido al tamaño y la posición del feto, la disminución de la proporción del líquido amniótico y la compacta mineralización ósea.
Por tanto, el mejor periodo gestacional para obtener una óptima visualización es entre las 22 y 27 semanas, durante el cual la proporción entre el líquido y el tamaño del feto es ideal. Hay que mencionar también que hay situaciones que limitan la visualización y no todas las imágenes obtenidas tienen la misma resolución. Como por ejemplo, una determinada posición fetal o algunas condiciones maternas (obesidad, calidad de los tejidos maternos, situación de la placenta,...).
La duración depende de varios factores, como la calidad del equipo utilizado, las condiciones maternas, la actitud fetal que agiliza o retrasa la exploración, y sobretodo, la experiencia del profesional. En casos ideales, esta prueba puede durar entre 10-30 minutos.
Esta técnica nos permitirá detectar o estudiar una gran variedad de condiciones y patologías en la ginecología y la obstetricia:
Para hacernos una idea del resultado final de una ecografía 4D, podemos ver algunos vídeos como estos:
Dr. Juan Martin Yuste ha contestado a:
Lo mejor es un ecografiste con un nivel alto en ecografía y mucha esperiencia.
Dra. Ana María Vitzu ha contestado a:
Desde el punto de vista médico la ecografía 3D (volumen sin movimiento) y la 4 D (volumen con ...